La Estadística de declarantes de IRPF de 2020 señala que el 30% de las declaraciones con rentas superiores a 60.000 euros tiene su domicilio en la Comunidad de Madrid y el porcentaje se aproxima al 50% para las rentas superiores a 600.000 euros. En la estadística de Mercado de Trabajo y Pensiones en las fuentes tributarias se puede confirmar que el 51,7% de los asalariados con más de 133.000 euros anuales reside en ese mismo territorio.
Estas estadísticas documentan la notable concentración de los hogares con mayores ingresos en la Comunidad de Madrid pero no son de utilidad para el estudio de la desigualdad en la distribución de la renta por Comunidades Autónomas (CCAA). Afortunadamente, desde 2021 se dispone de un estudio anual de las distribuciones de renta por comunidades acompañando al Informe Anual de Recaudación Tributaria. Con las distribuciones de 2020 puede establecerse que la desigualdad en la Comunidad de Madrid supera en un 35% a la desigualdad en las restantes comunidades del Territorio Común –que excluye a Euskadi y Navarra, que cuentan con un sistema propio–.
La elevada concentración de las rentas altas y la mayor desigualdad de Madrid puede atribuirse a la ausencia de Impuesto sobre el Patrimonio, las exenciones en el Impuesto de Sucesiones o las rebajas de tipos en la tarifa autonómica del IRPF pero en esta nota se destaca como factor determinante la elevada concentración en Madrid del capital societario. Según la edición de 2019 de las Cuentas anuales no consolidadas del Impuesto de Sociedades, el número de sociedades con residencia fiscal en Madrid es similar al de las residentes en Cataluña y se sitúa en torno al 20% de las que declaran en Territorio Común. Sin embargo, el 50% del capital societario tiene su sede en Madrid.
Una de las claves de la hegemonía mediática, política y social de la opinión conservadora en Madrid la proporciona la Estadística de los declarantes de IRPF de la Agencia Tributaria que documenta la extraordinaria concentración de los ricos españoles en esta comunidad. En el territorio que cubre esta estadística –que excluye País Vasco y Navarra– se presentaron 917.000 declaraciones de 2020 con más de 60.000 euros de renta anual y más del 30% corresponde a residentes en Madrid. Como el porcentaje de los adultos del Territorio Común (TC) que reside en esta Comunidad es el 15% (el de declarantes el 16,3%) puede afirmarse que la proporción de declaraciones con más de 60.000 euros anuales de renta en Madrid dobla la proporción que le correspondería por su población.
La concentración crece cuando se aumenta el umbral de renta. Hay 114.000 declaraciones en Territorio Común con renta superior a 150.000 euros anuales y el 39,4% reside en Madrid. Y de las 11.113 declaraciones con más de 600.000 euros de renta anual, el 46,6% reside en Madrid.
Se observa también que en Madrid las 5.176 declaraciones con renta superior a 601.000 euros concentran el 8,7% de la renta de la comunidad.
Parecida concentración se observa cuando se atiende a los salarios anuales más altos según informa la estadística de Mercado de Trabajo y Pensiones en las fuentes tributarias (MTPFT) de la Agencia Tributaria.
El cuadro adjunto presenta los datos de 2020.
Esta estadística de la Agencia Tributaria, que estudia los salarios declarados a Hacienda por los retenedores públicos y privados, utiliza como escala múltiplos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para facilitar la comparación de las distribuciones en el tiempo. En 2020 el SMI era de 13.300 euros anuales y el tramo más alto recoge los salarios superiores a 10 veces el SMI.
En 2020 casi 63.000 empleados percibieron salarios superiores a 10 veces el SMI, concentrando el 4,1% de la masa salarial satisfecha en el Territorio Común.
El 51,7% de estos asalariados con más de 133.000 euros anuales reside en Madrid y el 44% de los que perciben más de 99.750 euros o 7,5 veces el SMI.
Para explicar el origen de esta concentración de los ricos en Madrid se suele aludir al efecto de la capitalidad. Pero este efecto no se produce solo, ni principalmente, por la localización en Madrid de las sedes de altas instituciones del Estado, sino por la elevada concentración del capital societario.
De hecho, solo una pequeña parte de los empleados con más de 133.000 euros anuales trabajan en la Administración Pública. Como puede verse en el Decreto Ley 2/2020 de 21 de enero, que establece las retribuciones del sector público para 2020, el presidente del Gobierno gana 85.000 euros brutos y sólo los presidentes y vicepresidentes de instituciones como el Consejo Económico Social, el Consejo General del Poder Judicial o los Tribunales Constitucional, Supremo o de Cuentas superan esta cifra. El presidente del Tribunal Constitucional ingresa 156.000 euros anuales brutos y los presidentes del Congreso y del Senado superan los 200.000 euros anuales.
La elevada concentración de altos empleados en Madrid no se debe principalmente, por tanto, a la mayor presencia de instituciones estatales asociadas a la capitalidad sino a la elevada concentración del capital societario en Madrid que revela otra estadística, menos conocida, de la Agencia Tributaria resumida en el Cuadro adjunto.
El número de sociedades con residencia fiscal en Madrid es similar al de las residentes en Cataluña y se sitúa en torno al 20% de las que declaran en Territorio Común. Sin embargo, el 50% del capital societario reside en Madrid. Esto puede considerarse un rasgo permanente de la economía española ya que en 2007 el porcentaje se situaba en el 49,4%; en 2002 ,en el 53,6%; y en 1993, en el 42,7%.
Atendiendo a las sociedades no financieras de mayor facturación, con un volumen de operaciones superior a seis millones de euros, se observa que el porcentaje domiciliado en Madrid es sólo un punto superior al de Cataluña, pero el capital societario de las grandes empresas domiciliado en Madrid supone el 53% del total.
En particular, 21 de las 35 empresas del IBEX en 2018, con el 53% de la capitalización bursátil, tienen su sede social en Madrid. Los consejeros de estas y otras empresas cotizadas perciben las retribuciones salariales más elevadas, hasta el punto que cabe hablar de una discontinuidad o un salto cualitativo respecto a los sueldos de los empleados. Las retribuciones de los consejeros ejecutivos (unos 200) y externos (unos 1.070) de las empresas cotizadas se conocen por los Informes anuales de retribuciones de la CNMV. En 2019, estas 126 sociedades destinaron casi 500 millones de euros a las retribuciones de sus consejos de administración con una media de 383.000 euros anuales que se eleva a 1,67 millones en media de los 69 consejeros ejecutivos de las empresas del IBEX. En la cúspide se encuentran los presidentes ejecutivos de las empresas del IBEX con una media de 4,1 millones de retribución anual.
No todas estas retribuciones son salarios. La mitad de las retribuciones de los altos directivos son de carácter variable incluyendo acciones –cuyos dividendos tributan como rentas de capital a un tipo muy inferior al de la tarifa general–, dietas y aportaciones a planes de pensiones.
La discontinuidad a que antes se hacía referencia entre los salarios de los empleados y los de los consejeros se ponen de manifiesto en el ratio entre los correspondientes salarios medios. Según un estudio reciente de El País (9 mayo 2021), las retribuciones de los consejeros de las empresas del IBEX son 17,6 veces superiores a los salarios medios de las correspondientes empresas. Y en el resto de empresas cotizadas son casi 10 veces más altos.
La Estadística de los declarantes de IRPF no proporciona la mediana ni otros cuantiles de renta y no es un buen instrumento, por tanto, para el estudio de la desigualdad o del efecto redistributivo del IRPF. Pero desde la edición de 2020 del Informe Anual de Recaudación Tributaria (IART) se presenta con el Informe, en el apartado de Documentación Complementaria, una base de datos de la Distribución de las declaraciones de IRPF con cuota positiva que proporciona información, detallada por CCAA, de los rendimientos por cuantiles de renta, con diversos indicadores de la desigualdad de la renta y de la progresividad del impuesto.
La edición de 2021 del IART se acompaña con la distribución de las declaraciones de IRPF de 2020 y confirma la elevada desigualdad de la renta en Madrid. Entre las causas se ha citado ya la elevada concentración en esta comunidad de los más ricos de España, derivada de la concentración del capital societario. Impulsan además la desigualdad la ausencia de Impuesto sobre el Patrimonio, las exenciones en el Impuesto de Sucesiones y las rebajas de tipos en la tarifa autonómica del IRPF.
El cuadro adjunto presenta las distribuciones de renta de la Comunidad de Madrid y del Territorio Común que proporciona esta base de datos para 2020.
El número de declaraciones con cuota positiva en 2020 se cifra en 13,8 millones con una renta media de 31.714 euros. La renta mediana, que divide a la población en dos colectivos de igual magnitud, se sitúa en 24.300 euros y el percentil 90 o decil noveno, por encima del cual está el 10% de las declaraciones con mayor renta, se sitúa en 50.230 euros. La renta media de este privilegiado 10% se cifra en 98.800 euros y concentra el 31,2% de la renta.
El 1% más rico (P99), con renta superior a 136.700 euros, tiene una renta media de 344.700 euros y concentra el 10,9% de la renta total.
El 1 por mil más rico (P99,9), con renta superior a 521.000 euros, tiene una renta media de 1,5 millones y concentra el 4,7% de la renta.
El 1 por 10.000 más rico, 1.382 declaraciones con renta superior a 2,5 millones de euros, tiene una renta media de 6,5 millones y concentra el 2,1% de la renta total.
Para resumir la desigualdad de renta es habitual comparar la renta del 20% más pobre (S20) con la del 20% más rico (S80). En el territorio común –todas las comunidades, salvo Euskadi y Navarra–, el 20% de declaraciones de menores ingresos, con renta media de 11.600 euros, concentra el 7,3% de la renta total. Y el 20% más rico (S80), con renta media de 71.000 euros, concentra el 44,7% de la renta. El cociente entre los porcentajes de renta o de las rentas medias, ya que ambos colectivos son de igual dimensión, es 6,1.
Cuando aplicamos a Madrid este cálculo encontramos que el 20% más pobre tiene una renta media de casi 13.000 euros pero concentra un menor porcentaje de la renta total. Y el 20% más rico tiene una renta media de casi 100.000 euros y concentra más del 50% de la renta. El ratio S80/S20 es un 7,6%, que supera en un 24,6% el ratio medio del territorio común.
El cuadro siguiente presenta algunos indicadores de concentración y desigualdad para las diversas comunidades que integran el territorio común.
En los cuatro indicadores de concentración seleccionados, la Comunidad de Madrid ostenta el récord.
En el conjunto de las comunidades del territorio vomún el 20% más rico concentra el 44,7% de la renta (S80) pero en Madrid concentra el 50,1% de la renta.
El 10% más rico en territorio común concentra el 31,2% de la renta (S90) pero en Madrid concentra el 36,9%.
El 1% más rico de Madrid, con más de 207.000 euros de renta anual, concentra el 15,4% de la renta frente al 10,9% en territorio común (S99).
Y el 1 por mil más rico de Madrid, unas 2.580 personas con renta anual superior a 973.000 euros, concentra el 7% de la renta (S99,9) frente al 4,7% en el territorio común.
Además de estos altos índices de concentración de renta de los más ricos, Madrid registra la mayor desigualdad.
El ya visto ratio S80/S20, usado por Eurostat y el INE en la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), presenta los menores valores, inferiores a 5, en Asturias y Castilla León y el más elevado en Madrid. Luego veremos que el ratio 7,6 de Madrid supera en un 35% a la desigualdad del resto de comunidades.
El ratio de Palma, usado por la OCDE y el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, entre el 10% más rico y el 40% más pobre (S90/S40), se eleva en Madrid a 2,2 frente al 1,6 del conjunto de las comunidades, excluidas Euskadi y Navarra.
Por último, el Índice de Gini se sitúa en Madrid en 0,43 frente al 0,37 en España.
La Base de datos sobre la distribución de la renta en el IRPF cubre el periodo 2003-2020 y puede estudiarse la variación de la desigualdad con el ciclo económico. El gráfico adjunto indica que la desigualdad en España alcanzó un máximo del 8,2 en 2006, coincidiendo con un máximo de las ganancias patrimoniales que llegaron a representar el 11% de la renta, y se reduce desde entonces casi sostenidamente hasta un 5,7 en 2015, para repuntar de nuevo hasta alcanzar un nuevo máximo de 6,4 en 2018 coincidiendo con un pico de las ganancias patrimoniales que aportan el 4,8% de la renta. En los dos últimos años la desigualdad se reduce en paralelo con la importancia de las ganancias patrimoniales que en 2020 se reducen al 4% de la renta total.
El gráfico muestra también que el diferencial de desigualdad en Madrid se acrecienta con el tiempo. En 2003 el ratio S80/S20 de Madrid superaba en un 22% el ratio del resto del Territorio Común pero en 2018 el exceso de desigualdad en Madrid superaba el 40%. En 2020 se reduce la desigualdad en Madrid en mayor medida que en otras comunidades y el exceso sobre el resto de las comunidades del Territorio Común se reduce a un 35%.
Como se ha visto, las ganancias patrimoniales que obtienen los hogares con la venta de acciones y de inmuebles juegan un papel importante en la desigualdad. Entre 2003 y 2020 su importancia en la renta declarada a Hacienda por los hogares ha oscilado entre el 11,5% de 2006 y el 2,3% de 2012 y 2013. En 2020 las ganancias patrimoniales representan un 4% de la renta total pero en el 10% más rico las ganancias patrimoniales representan un 10% y en el 1% más rico, un 21%.
Con mayor precisión, como ilustra el gráfico adjunto, las ganancias patrimoniales representan menos del 2% de la renta en los 9 primeros deciles, hasta los 50.000 euros de renta anual, pero llegan a representar la tercera parte de la renta en el 1 por mil más rico (P99.9) y el 43% de la renta en el 1 por 10.000 más rico (P99.99). El 1 por mil más rico son 13.813 declaraciones con renta superior a 521.000 euros y el 1 por 10.000 más rico son 1.381 declaraciones con renta superior a 2,5 millones de euros.
Resulta notable que, a pesar de la importancia de las ganancias patrimoniales en el nivel y la evolución de la desigualdad, se excluyan en las estadísticas oficiales de la renta y su distribución como la Contabilidad Nacional o la Encuesta de Condiciones de Vida.
Esta es una de las razones que explican por qué las medidas de concentración y desigualdad arrojan valores más reducidos en las estadísticas de renta convencionales. Otra razón es la dificultad de las encuestas a los hogares para captar los ingresos de los hogares con mayor renta. Una evidencia empírica de la falta de cooperación de los hogares más ricos la proporciona la Encuesta Financiera a las Familias (EFF) del Banco de España.
En esta EFF la tasa de cooperación de los hogares que no presentan declaración de patrimonio se sitúa en el 64% y en los hogares con patrimonio superior a 25 millones de euros la tasa de cooperación no llega al 25%.
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