El año pasado se produjeron en Estados Unidos 61 incidentes de tiroteos masivos, vinculados a “tiradores activos”, es decir, individuos que disparan para matar o intentar matar en escuelas, tiendas y otras zonas pobladas. Se trata de la cifra más alta en más de 20 años, según nuevos datos del FBI.
El número de incidentes con “tiradores activos” supone un fuerte incremento no solo en el número de ataques y víctimas, sino también en su distribución geográfica, en comparación con las cifras de 2020. El total de 2021, repartido en 30 estados, fue un 52% mayor que el de 2020 y aproximadamente el doble que el de cada uno de los tres años anteriores, informa la agencia.
Las matanzas perpetradas por tiradores activos a lo largo del año pasado causaron 103 muertos y 140 heridos, según indica el informe.
El FBI define como “tirador activo” a alguien que mata o intenta matar personas en un espacio público de forma aparentemente aleatoria. Los tiroteos relacionados con bandas de delincuentes y los incidentes domésticos no se incluyen en este recuento.
Todos los autores de los incidentes con tiradores activos, excepto uno, eran varones. Sus edades oscilaban entre los 12 y los 67 años. Los establecimientos de actividad comercial, desde tiendas de comestibles hasta fábricas, fueron el escenario de poco más de la mitad de este tipo de incidentes. Asimismo, el informe del FBI apunta a una tendencia emergente: los “tiradores activos itinerantes” que abren fuego en varios lugares, como el hombre armado que atacó varios salones de masajes asiáticos del área de Atlanta.
El FBI halló que, en al menos 10 de los ataques, el tirador era un empleado o exempleado que abrió fuego en su lugar de trabajo. En uno de los incidentes, el tirador había sido propietario del negocio donde cometió el ataque. En otro de los casos, se trató de un paciente que, al parecer, estaba enfadado por el tratamiento médico que había recibido y abrió fuego en el interior de una clínica de salud, a la que también atacó con artefactos explosivos improvisados.
Investigaciones previas han sugerido que existe un “efecto imitación», fenómeno ocurrido cuando la cobertura mediática de un tiroteo de alto perfil inspira ataques similares. Sin embargo, las tendencias en el número de incidentes con tiradores activos no siempre reflejan los aumentos o disminuciones generales de la violencia armada.
En 2020, primer año de la pandemia de coronavirus, se produjo un aumento del 35% en el total de homicidios con armas de fuego, pero hubo pocos tiroteos públicos de gran repercusión. El FBI contabilizó 40 ataques con tiradores activos producidos en 2020, distribuidos en 19 estados y con un saldo total de 38 personas asesinadas y otras 126 heridas: un número de víctimas mucho menor que en 2021.
Los incidentes con tiradores activos son la forma más visible de violencia con armas de fuego en Estados Unidos, pero las víctimas de estos incidentes representan solo una pequeña fracción del total de muertes por armas de fuego en el país. En 2020, más de 19.000 personas murieron en homicidios con armas de fuego y 24.000 en suicidios con armas de fuego, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Aunque los incidentes con tiradores activos tienen lugar en una amplia gama de entornos, incluyendo escuelas y barrios pudientes, las tasas generales de homicidios con armas de fuego son más altas en barrios que tienen un mayor porcentaje de residentes con ingresos por debajo del umbral de pobreza, según un estudio de los CDC recientemente publicado.
Las comparaciones en los datos sobre muertes causadas por tiradores activos durante los últimos años están muy sesgadas por los datos de 2017, año en el que un hombre disparó a los asistentes de un festival de música al aire libre desde la ventana de su habitación, en el piso 32 de un hotel en Las Vegas. Solo en aquel incidente, 59 personas fueron asesinadas y otras cientos fueron heridas.
El ataque de Las Vegas bastó para elevar la cifra anual de víctimas de 2017 —143 muertos y 591 heridos— a máximos históricos, a pesar de que ese año solo hubo 31 incidentes con tiradores activos, aproximadamente la mitad que en 2021.
A pesar de la elevada cifra de muertos del año pasado, 2021 ocupa apenas el séptimo puesto en cantidad de muertos al año por incidentes con armas desde 2000, primer año para el que se dispone de cifras oficiales del FBI. Sin embargo, la cifra correspondiente a 2021 supone el mayor número de ataques de este tipo, por encima de los 40 registrados en 2020.
California, a pesar de tener una de las leyes de armas más estrictas en todo el país, fue el estado donde se produjeron más incidentes con tiradores activos durante el año pasado: seis de 61. Le siguen Texas y Georgia con cinco cada uno, según el informe.
Sin embargo, California tiene una tasa general de homicidios y suicidios producidos con armas de fuego más baja que muchos estados con una legislación más permisiva.
El incidente más mortífero de 2021 fue el tiroteo masivo en el supermercado King Soopers de Boulder, en Colorado, con 10 víctimas mortales. En otro tiroteo, ocurrido en unas instalaciones de FedEx en Indianápolis, ocho personas murieron y siete resultaron heridas.
El FBI señala que su informe sobre tiradores activos no abarca toda la violencia con armas de fuego, ni siquiera todos los tiroteos masivos, a los que el Gobierno define como aquellos tiroteos en los que mueren al menos cuatro personas, sin contar al atacante.
Con información de agencias.
Traducción de Julián Cnochaert.
Sé el primero en comentar en «Los tiroteos masivos en Estados Unidos, en niveles récord en más de 20 añosLois Beckettel mayo 25, 2022 a las 8:09 pm»