La cumbre de Madrid dibuja la nueva OTAN ante la amenaza de PutinAndrés Gil, Irene Castro, Javier Biosca Azcoitiel junio 29, 2022 a las 8:21 pm

Dos miembros más. 300.000 soldados preparados en lugar de 40.000. Más despliegue estadounidense. Y todo esto después de habérsele diagnosticado la “muerte cerebral” hace apenas dos años y medio. La OTAN sale de la cumbre de Madrid con más armas, más efectivos, más presencia política y militar y con un nuevo plan para la próxima década que exige más gasto y señala una amenaza principal: la Rusia de Vladímir Putin. 

Más soldados, más frontera, más miembros, más armas y más EEUU.

Finlandia y Suecia están a punto de entrar en la OTAN. La adhesión formal se prevé para el próximo 5 de julio en Bruselas después de resolver las objeciones de Tayyip Erdogan relativas a las personas kurdas a los que Ankara acusa de terrorismo –mediante una legislación cuestionada– que viven en los dos países nórdicos. 

Finlandia y Suecia, miembros de la UE, entran en la Alianza Atlántica en la cumbre de Madrid, el plan deseado pero que en las vísperas parecía tambalearse. Y supone 1.300 kilómetros más de frontera de la Alianza Atlántica con la Rusia de Vladímir Putin, quien a finales del año pasado pedía unas nuevas normas de seguridad en Europa por sentirse amenazado por la OTAN, que no ha dejado de crecer hacia el Este desde la caída del Muro de Berlín.

“Putin quería menos OTAN y tiene más OTAN”, no se cansa de repetir el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg. ¿Qué consecuencias tendrá eso para el futuro de la seguridad en Europa? Los miembros de la Alianza Atlántica defienden que da más seguridad por su capacidad disuasoria. Queda por ver si eso efectivamente aplaca en el futuro al Kremlin o no.

La OTAN en Madrid no solo se amplía, sino que tanto en su declaración como en su nuevo concepto estratégico, la guía para los próximos diez años, santifica un mayor gasto militar, paralelo al acordado en la UE por los 27. La OTAN siempre ha fijado el 2% del PIB como el gasto deseable en Defensa, y ahora se habla incluso de gasto mínimo. Pedro Sánchez, de hecho, ya ha anunciado un aumento presupuestario que vaya acercando el gasto español a esos umbrales, frente a un rechazo mayoritario de la población, según la encuesta de Simple Lógica para elDiario.es. España, según los cálculos de la OTAN, dedica el 1,1% del PIB al gasto militar, a la cola de los 30 miembros de la Alianza Atlántica. 

La UE ha reaccionado a la invasión rusa de Ucrania canalizando 2.000 millones de euros en armas a través del llamado ‘Instrumento para la Paz’; los Estados miembros están entregando armas bilateralmente a Kiev y los 30 miembros de la OTAN han acordado acelerar el presupuesto de Defensa.

Así, el secretario general de la OTAN ha anunciado también el paso de 40.000 a 300.000 los soldados de reacción rápida en Europa, listos para moverse por los diferentes flancos en función de las decisiones de los mandos militares. 

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha desgranado al inicio de la cumbre de Madrid todo el arsenal que comenzará a desplegar en Europa, empezando por el aumento de cuatro a seis en el número de destructores afincados en Rota –que debe aprobar el Congreso y, por de pronto, cuenta con el rechazo de Unidas Podemos–: “Aquí, en España, vamos a trabajar con nuestros aliados para aumentar los destructores de la Marina de EEUU estacionados en la base naval española de Rota, de cuatro a seis. En Polonia, estableceremos un cuartel general permanente para el Quinto Cuerpo del Ejército de EEUU y fortaleceremos la interoperabilidad entre EEUU y la OTAN en todo el flanco oriental. Vamos a mantener una brigada rotatoria adicional, que consta de 3.000 soldados, y otros 2.000 efectivos aquí en Europa, con sede en Rumania. Y vamos a reforzar nuestros despliegues rotatorios en los Estados bálticos, además de enviar dos escuadrones F-35 adicionales al Reino Unido. Así mismo estacionaremos defensa aérea adicional y otras capacidades en Alemania e Italia”.

En 2010, en Lisboa, se aprobó el anterior concepto estratégico. Y en aquella cumbre estaba Rusia invitada. En 2022, en Madrid, no solo no está invitada, sino que se está en Guerra Fría con ella, o guerra templada, a tenor de que Ucrania está combatiendo las tropas rusas con armas y dinero de los miembros de la UE y la OTAN. 

Según el concepto estratégico aprobado por la OTAN en Madrid, “la Federación Rusa es la amenaza más importante y directa para la seguridad de los aliados y para la paz y la estabilidad en el área euroatlántica”. 

Y añade: “Busca establecer esferas de influencia y control directo a través de la coerción, la subversión, la agresión y la anexión. Utiliza medios convencionales, cibernéticos e híbridos contra nosotros y nuestros socios. Su postura militar coercitiva, su retórica y su voluntad demostrada de utilizar la fuerza para perseguir sus objetivos políticos socavan el orden internacional basado en normas. La Federación Rusa está modernizando sus fuerzas nucleares y expandiendo sus avanzados y disruptivos sistemas de entrega de doble capacidad, mientras emplea señales nucleares coercitivas”.

La OTAN, además, afirma: “Rusia tiene como objetivo desestabilizar los países de nuestro Este y Sur. La acumulación militar de Moscú, incluso en las regiones del mar Báltico, Negro y Mediterráneo, junto con su integración militar con Bielorrusia, desafían nuestra seguridad e intereses”.

Uno de los puntos clave de la cumbre se resolvió incluso antes de que esta arrancase de forma oficial. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se convirtió hace un mes en el gran centro de atención de todos los socios tras pasar un mes bloqueando la entrada de Suecia y Finlandia y acusándolos abiertamente de apoyar el terrorismo

A cambio de levantar su veto, Erdogan, que ha sido acusado por ONGs, otros países y por la ONU de abusar de la legislación antiterrorista contra la oposición, ha forzado a Suecia y a Finlandia a declarar que “no apoyarán al YPG/PYD ni a la organización descrita como FETÖ en Turquía”; a “abordar” sus peticiones de extradición de supuestos terroristas; a levantar el embargo a la venta de armas; y a anunciar cambios en su legislación antiterrorista, entre otras cosas. De hecho, horas después de la firma, el ministro de Justicia ya estaba pidiendo la extradición de 33 individuos acusados de terrorismo.

Antes de la reunión de la que salió el memorándum, Erdogan había hablado con Biden por teléfono y tan solo un día después, el Pentágono mostró su disposición a vender a Ankara nuevos aviones F-16, los cuales Turquía llevaba pidiendo desde hace tiempo. EEUU niega que se trate de una contrapartida. 

Ahora que Suecia y Finlandia han sido invitados formalmente por la OTAN para entrar en la organización, los 30 parlamentos nacionales deben mostrar su apoyo. “Hemos trabajado tanto en esto que no creo que haya problemas futuros, pero sería imprudente por mi parte decir que no surgirá absolutamente nada”. Algunos expertos creen que sí podría haber problemas en la fase implementación ante la diversidad de posibles interpretaciones del texto acordado.

La mención a China ha sido uno de los temas más complicados en la negociación, según fuentes del Gobierno español, por las distintas sensibilidades de los aliados respecto a ese país. El otro ha sido la financiación, ya que la conclusión de la cumbre es que es necesario aumentar los fondos que se destinan a la alianza.

Así, sobre China hay un solo punto, el 13, y en él se reconoce que Pekín “emplea una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su presencia global y proyectar su poder, mientras permanece opaca sobre su estrategia, intenciones y desarrollo militar”. 

Así, la OTAN también apunta a las “operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de la República Popular China” y una “retórica de confrontación y desinformación” que “tienen como objetivo a los aliados y dañan la seguridad” de la OTAN. 

“La República Popular China busca controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructura crítica y materiales estratégicos y cadenas de suministro”, dice la OTAN: “Utiliza su influencia económica para crear dependencias estratégicas. Se esfuerza por subvertir el orden internacional basado en reglas, en el ámbito espacial, cibernético y marítimo”. 

Y sentencia: “La alianza estratégica cada vez más profunda entre la República Popular China y la Federación de Rusia y sus intentos de socavar el orden internacional basado en normas, que se refuerzan mutuamente, va en contra de nuestros valores e intereses”.

Sánchez y su equipo han terminado la primera sesión de la cumbre exultantes por los “elogios” que se han llevado por la organización y por lo que consideran una reafirmación del “liderazgo” del presidente que se echa a la espalda algunos logros colaterales, como el anuncio de Joe Biden de su intención de ampliar la presencia de EEUU en la base aérea de Rota. 

La parte de la que trata de huir Moncloa es el afloramiento de un nuevo distanciamiento de sus socios de Unidas Podemos, que han puesto en cuestión el apoyo a ese aumento militar que tiene que aprobarse en el Consejo de Ministros y ratificarse en el Congreso, aunque fuentes de Defensa aseguran que los buques estadounidenses tardarán meses en llegar. El PP ya ha manifestado su intención de respaldarlo mientras Sánchez pide a sus aliados una reflexión. “A la izquierda del PSOE se tiene que hacer la reflexión de que debemos garantizar nuestra seguridad y defensa aumentando nuestra capacidad de disuasión, no de ataque”, ha dicho Sánchez en la Cadena SER consciente también de las pegas del socio minoritario al aumento del gasto en Defensa. 

Moncloa también emite euforia por la inclusión de sus pretensiones en el nuevo concepto estratégico. “Está todo”, asevera un miembro del gabinete: “Recoge las preocupaciones que tenía España con el concepto y para esta cumbre”. El Gobierno llevaba meses subrayando la necesidad de que la hoja de ruta de la OTAN para la próxima década debía “poner los ojos” en el sur y no solo fijarse en el este, que es donde ahora reconocen que está la principal amenaza por Rusia. 

Se dan por satisfechos con la referencia que aparece al flanco sur, aunque el texto no determine específicamente un despliegue concreto. «Lo que ha hecho esta cumbre es establecer las amenazas que pueden ocurrir. Este es un concepto estratégico pensado para durar una década. La OTAN desplegará medidas necesarias según se vayan produciendo las amenazas y si son militares o híbridas», explicó el ministro de Exteriores al terminar la primera sesión de trabajo preguntado por si esa referencia al sur supondría un despliegue de efectivos en algún país. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció financiación y colaboración en materia de inteligencia con Mauritania, así como para la gestión de los flujos migratorios, la seguridad en frontera y marítima.

En este sentido el diagnóstico de amenazas que hace la OTAN diferencia el Este, donde temen la posibilidad de invasiones militares, con la del sur, donde se habla de Estados con carencias para abordar problemas de seguridad.

Las fuentes consultadas remarcan que la cita al norte de África y el Sahel figure inmediatamente después a amenazas como Rusia y el terrorismo. “El conflicto, la fragilidad y la inestabilidad en África y Oriente Medio afectan directamente a nuestra seguridad y la seguridad de nuestros socios. Los vecinos del sur de la OTAN, en particular las regiones de Oriente Medio, el Norte de África y el Sahel, se enfrentan a desafíos interconectados de seguridad, demográficos, económicos y políticos”, recoge el documento. “Incluye una mención específica al Sahel, que antes nunca había estado y es una región de interés estratégico para la alianza”, argumentan en Moncloa para justificar su satisfacción.

Otra de las reclamaciones españolas era que el concepto estratégico incluyera Ceuta y Melilla dentro del paraguas de protección de la OTAN. “Nadie debe dudar de nuestra fuerza y determinación para defender cada centímetro del territorio aliado”, dice el punto 20 en línea con lo que el secretario general ha repetido con insistencia desde la invasión rusa de Ucrania. Cada palabra cuenta y la alusión a “preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados” sirve para lanzar la advertencia de que las ciudades autónomas forman parte del territorio defendido por la alianza atlántica ante las dudas que suscita la redacción del artículo 6 del tratado fundacional. La negociación se llevó a cabo en plena crisis diplomática con Marruecos, que reclama la soberanía de esos territorios, pero en el Gobierno ya sostenían que Ceuta y Melilla estaban “totalmente protegidas por la OTAN», según dijo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, esta misma semana. 

El Gobierno también se da por satisfecho con la inclusión de la inmigración y de la energía como desafíos para la OTAN en un momento en el que sostienen que ambos asuntos se utilizan para “desestabilizar” a las democracias aliadas. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha apuntado a la crisis migratoria que sufrió Polonia en la frontera con Bielorrusia en noviembre de 2021, aunque ha obviado situaciones similares que se produjeron en Ceuta, con Marruecos como instigador hace un año, o en Turquía, que es miembro de la OTAN. «No se trata de que se vea de manera ofensiva hacia nadie», ha contestado el jefe de la diplomacia española que en un coloquio con el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, había apuntado directamente a la crisis en Bielorrusia –estrecho aliado de Rusia– en noviembre: «El coste del riesgo, como hemos visto en la frontera de Bielorrusia con Polonia, es que alguien pueda usar esto como arma contra nuestra integridad territorial o nuestra soberanía”.

“Los dirigentes autoritarios ponen a prueba nuestros intereses, valores y forma de vida democrática. Interfieren en nuestros procesos e instituciones democráticas y apuntan a la seguridad de nuestros ciudadanos a través de tácticas híbridas, tanto directamente como a través de intermediarios. Realizan actividades maliciosas en el ciberespacio y el espacio, promueven campañas de desinformación, instrumentalizan la migración, manipulan el suministro de energía y emplean la coerción económica”, es la fórmula en la que la alianza recoge de forma escueta esa preocupación. 

Paradójicamente ha sido la invasión rusa de Ucrania la que ha propiciado una exhibición de fortaleza y unidad de la OTAN, pero el desgaste que acarrea en las economías occidentales es un foco de preocupación que no han escondido los aliados. “Hay que concienciar a nuestras sociedades de que esto no es una cosa de tres meses. Va para largo. Va a requerir determinación. Hay que saber explicarle a la gente que requiere un esfuerzo”, señalan fuentes gubernamentales presentes en la cumbre que aseguran que ha sido un pensamiento compartido por todos los líderes.

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