El último debate revela el ultimátum de Vox a Moreno para entrar en su Gobierno ante un tercio de andaluces indecisosDaniel Celael junio 13, 2022 a las 9:37 pm

Juan Manuel Moreno entró en el debate de Canal Sur televisión precedido por un puñado de sondeos que le sitúan cerca de la mayoría absoluta [55 escaños], pero sin mayoría absoluta. Salió con el traje institucional arrugado por los tirones que le dieron todos sus rivales, especialmente belicosos desde la izquierda, pero sobre todo zamarreado por el regalo envenenado de la candidata de Vox, envuelto en una advertencia: «Si tan sólo necesita un escaño de Vox para ser presidente, no lo va a ser si Vox no está en el Gobierno. Dígame, ¿usted va a ser nuestro vicepresidente, si Vox queda por delante del PP», preguntó Macarena Olona.

Es una cuestión capital de esta campaña, que el presidente Moreno ha dejado atrás en una huida hacia adelante, hacia el 19J. «Eso es un delirio», se quejó el popular, «como respuesta a su pregunta: yo quiero gobernar en un pacto con los andaluces. No entiendo que usted no crea en la autonomía y ahora quiera ser vicepresidenta en un gobierno que no cree, en una institución que quiere destruir». Pero Olona siguió y siguió y siguió: «¿Va a formar gobierno con Vox o se va a abrazar al PSOE?», insistió. Y media hora después, en el momento más tenso del debate, la alicantina tendió la mano a Juan Manuel Moreno. Se hizo un silencio largo, el popular la miró y miró para otro lado, y ella dijo: «Pongan música».

El debate de Canal Sur, el último antes de las elecciones andaluzas del próximo domingo, reprodujo el mismo esquema que el anterior, pero con mucho más virulencia: todos contra Juan Manuel Moreno. Con tanto zarandeo a derecha e izquierda, el presidente y candidato del PP se vio abrumado, a ratos tenso, a ratos despistado.

Es evidente que esa última foto fija demoscópica ha intensificado la estrategia de las izquierdas para agitar a los suyos, aún muy desmovilizados. Juan Espadas, del PSOE, e Inma Nieto, de Por Andalucía, zamarrearon a Moreno cuestionando directamente su gestión y su «milagro económico», acusándole de adueñarse de «los logros de la reforma laboral, la subida del salario mínimo y los ERTE del Gobierno central»; y le pasaron la cartilla de todas esas leyes que beneficiaron a los andaluces, pero contaron con el voto en contra del PP en el Congreso.

Esta vez, el vicepresidente y candidato de Ciudadanos, Juan Marín, quedó invisibilizado por la presión de todos contra Moreno, y le costó entrar en el debate, en el que figuró como espectador gran parte del programa. Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, repitió su estrategia de buscar el cuerpo a cuerpo con la candidata de Vox, y encontró los momentos más histriónicos en sus desavenencias sobre la masturbación y la educación sexual, las tanquetas y los beneficios de las eléctricas («Iberdrolona», la llamó).

Pero, sobre todo, hubo un cambio drástico en el papel de Macarena Olona, que desde el minuto uno de su presentación quiso obligar a Moreno a revelar si pactará el gobierno con Vox. “Seamos honrados, ¿en qué pactos estamos pensando después del 19 de junio?”, le preguntó a Moreno a los 50 segundos de programa, cuando el tema de los pactos no llegaría hasta el último bloque del programa.

El partido ultraderechista ha trazado una campaña electoral dudosa: prescindiendo de tres días de actos públicos, para luego rectificar; sin comparecer ni responder a los medios y difundiendo vídeos enlatados en sus redes sociales. Los sondeos de este lunes han frenado en seco la tendencia de crecimiento de Vox, casi desde el inicio de la campaña. Con este marco de fondo, Olona ha arrancado el debate con fuerza, buscando un aparte cerrado entre ella y Moreno, al que recordó insistentemente que es presidente gracias a Vox.

Fue nada más empezar, y este golpe temprano le torció el gesto del candidato popular. «¿Con quién se va a entender: con nosotros o con las izquierdas?”; «Hay que hacer un frente contra ellos, Juanma». El presidente andaluz se ha esforzado mucho en opacar las siglas del PP y los pactos con la ultraderecha tras su marca personal, “moderada y centrista”, que puja al alza en las encuestas. Ese diálogo íntimo con Olona le incomodó más que los ataques posteriores de toda la izquierda.

El corsé del debate se rompería muy pronto, precisamente cuando la candidata de Vox sacó una pila de libros de texto y le enseñó a Moreno uno que hablaba de la masturbación. “El problema, Juanma, es que os habéis tragado toda al bazofia ideológica de la izquierda”, dijo. El popular, visiblemente incómodo, negó que esos libros estuvieran en circulación, y acusó a Vox de ser una formación proclive a la “mentira” y la “falsedad”. “Me sorprende cómo se le olvida que usted es presidente gracias a Vox”, le interrumpió Olona. Al candidato del PSOE, Juan Espadas, esta frase le sirvió de trampolín para lanzarse a por Moreno desde la izquierda: “Está bien que la señora Olona lo recuerde, porque efectivamente es así”, dijo.

El presidente, señalando a derecha e izquierda, miró directamente a la cámara para decirle “a los andaluces” que si le atacan desde Vox y desde PSOE, él está “donde debo estar: en la centralidad”. Pero el mayor golpe a Moreno le llegaría en formato de son de paz y de regalo: «No le voy a tener en cuenta algunas cositas que está diciendo en campaña: que hay que frenar a Vox, que no me quiere como vicepresidenta. Después del 19J va a tener mi mano así tendida, pero lo que Vox dice, Vox lo cumple. Si tan sólo necesita un escaño de Vox para ser presidente, no lo va a hacer si Vox no está en el Gobierno. Porque han demostrado que o estamos dentro o no cumplen lo pactado. Si Vox queda por delante del PP, y usted quiere ser mi vicepresidente, yo le ofrezco, aquí ante los andaluces, ser el vicepresidente. Y así le damos una patada al Gobierno de Pedro Sánchez», advirtió Olona. La realización no enfocó en ese momento a Moreno.

El turno pasó entonces a Espadas, que siguió el hilo de la candidata de Vox: «Más claro el agua. Es una declaración de amor en toda regla, clara y clarita. Es el segundo capítulo del pacto», dijo enseñando la foto del primer acuerdo de legislatura entre PP y Vox, en 2018, que hizo presidente a Moreno. «Los andaluces deben decidir entre un Gobierno de PP y Vox o un Gobierno del PSOE y las izquierdas. El PP no está hablando claro a los andaluces», sentenció.

Marín advirtió de que si Olona y Moreno se ponen de acuerdo, «está en riesgo la autonomía de Andalucía», y acusó a la alicantina de «repartirse los sillones antes de que los andaluces voten». Nieto, que se abrió paso a codazos en el debate, intervino en este diálogo a dos para denunciar que «estos numeritos son los que a usted le hacen parecer moderado», en alusión a Moreno. «Se le está poniendo cara de Susana Díaz», le espetó. Luego miró a la cámara y aseguró que Por Andalucía «se presenta para gobernar, porque tiene un plan de Gobierno».

Tras mucha insistencia, el popular perdió los nervios: «Vox, Vox, Vox, usted solo me habla de Vox, ¿no tiene otra campaña? Yo le digo que voy a interpretar el sentido y la pluralidad de los andaluces el 19J», zanjó.

A las puertas del edificio de Retevisión, donde se ha celebrado el debate, esperaban más de 300 empleados públicos interinos de la Junta de Andalucía, según el cálculo de la Policía Nacional: bomberos del Infoca y trabajadores de la Agencia pública de Dependencia y de la Radio Televisión Pública Andaluza, que han recibido la llegada de Moreno y Marín con pitos y abucheos, protestando por la falta de estabilidad de sus empleos. El grito ha sido más atronador contra Olona, que defiende el cierre de Canal Sur, y contra su jefe de campaña, Álvaro Zancajo, que precisamente fue el primer director de informativos con el Gobierno de Moreno, hasta que fue cesado por el director general.

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