Mazón, condenado por su jersey amarilloSergi Pitarchon octubre 28, 2025 at 8:46 pm

Mazón, condenado por su jersey amarillo

El presidente de la Generalitat sigue atrapado en su copiosa y dilatada comida en El Ventorro del pasado 29 de octubre y tras un año solo queda una incógnita por resolver: ¿dónde estuvo el jefe del Consell durante los 36 minutos en blanco entre las 18.58 y las 19.34? Respuesta: en un parking o en su casa. Cualquiera de las dos opciones es un escándalo

‘¿Dónde estaba Mazón?’: – el documental de elDiario.es que investiga la gran incógnita de la dana

Desde la canción de Hombres G, pocas veces un jersey amarillo tuvo tanta relevancia para esclarecer una mentira. Esta prenda tan llamativa y que hizo famosa la canción del grupo liderado por David Summers es la que portaba el president de la Generalitat, Carlos Mazón, en su desenfadada entrada al Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana a las 20.28 del pasado 29 de octubre de 2024.

Como ha venido contando en exclusiva elDiario.es, primero en el documental ‘¿Dónde estaba Mazón?‘ y, posteriormente, gracias a un segundo testimonio presencial, Carlos Mazón nunca siguió desde su despacho la evolución de la mortífera dana que hoy cumple un año. El jefe del Consell salió del Palau sobre las 14.45 y llegó a las 19.55 a la sede presidencial, por lo que nunca estuvo en su puesto de trabajo. Salió vestido con traje, corbata y un paraguas —otra fuente presencial apunta a que llevaba además un “bolsito”— y regresó más de cinco horas después sin americana, corbata y paraguas y con un jersey amarillo y una carpeta de trabajo bajo el brazo.

Ese jersey amarillo evidencia que el president de la Generalitat se tuvo que cambiar y dejar las prendas de ropa en alguno de los tres lugares por los que pasó. ¿Dónde se cambió Carlos Mazón? Según todas las fuentes consultadas y las propias versiones de Mazón y de Maribel Vilaplana, solo hay tres opciones: en El Ventorro, el parking Glorieta-Paz al que acompañó a la periodista o en su domicilio del barrio del Eixample. Estos tres puntos están separados por unos diez minutos andando, por lo que, a falta de una explicación del propio president de la Generalitat, cualquiera de las tres opciones son válidas, aunque la más plausible es que se desvistiera en su domicilio particular.

Aunque pueda parecer frívolo escribir sobre moda y parkings subterráneos, justo este miércoles de luto en que se cumple un año de la muerte de 229 valencianas y valencianos, la realidad es que para los familiares de estas víctimas es muy importante conocer el paradero del president, de su presidente, en el momento en que sus seres queridos morían ahogados.

Las asociaciones de víctimas quieren justicia, verdad y reparación. La justicia y la verdad —judicial— la impartirán los tribunales, pero la reparación y una parte de la verdad también la deben aportar los medios de comunicación. Y en eso estamos. En conocer cada minuto del paradero del responsable máximo de la Generalitat en un día que la Administración autonómica no cumplió con sus competencias y no protegió a su población.

Este debate sobre los 36 minutos de Carlos Mazón sin hacer ni recibir llamadas (entre las 18.58 y las 19.34), un año después, evidencia que el jefe del Consell sigue atrapado en El Ventorro. Y según las últimas revelaciones, condenado por su jersey amarillo. Como Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo (Groundhog Day en su título original), el president de la Generalitat se levanta cada día en el reservado del ya mítico restaurante.

Y claro, un president que no puede mirar al futuro y se despierta permanentemente a las 19.34 del 29 de octubre en una habitación inconfesable difícilmente puede ejecutar una reconstrucción. Y, mucho menos, reparar a las víctimas. Pese a ello, este miércoles Carlos Mazón estará en el funeral de Estado pese a la negativa de la mayoría de familiares de los muertos, según la jueza, fallecidos presuntamente por imprudencia grave de la Administración que dirigía.

Carlos Mazón está en tiempo de descuento. Ocho de cada diez valencianos quieren que se vaya y seis de cada diez votantes del PP que dimita y convoque elecciones. Mientras tanto, el president sigue en una huida hacia adelante en la que no ha dudado en atacar a las víctimas y a la ciencia.

Este martes pedía “máximo respeto a las víctimas” para no tener que responder dónde se cambió de ropa, si en El Ventorro, el parking o en su casa. Pero, en realidad, los familiares de las víctimas poco le han importado. No ha pisado las calles de Algemesí, Chiva, Utiel o Catarroja en un año y tampoco ha facilitado que las asociaciones de familiares de víctimas acudan al Palau de la Generalitat o a las Corts. Ahora son ellas las que no lo quieren ver ni en el funeral.

Pero, sin duda, lo más rastrero que ha hecho Carlos Mazón ha sido señalar a las asociaciones de víctimas por estar, a su juicio, “politizadas”. ¿Acaso la riada preguntó a los muertos si votaban a Vox, Compromís, PSPV o PP? ¿Acaso María Dolores, Rosa, Toñi o Carmina no estarían mejor en casa con sus seres queridos y sin tener que manifestarse cada mes por las calles de València para gritar ‘Mazón dimisión’?

A Mazón le quedan dos opciones tras este primer aniversario de la dana. Confirmar la verdad que ya hemos contado algunos medios y dimitir. O dimitir y confirmar la verdad. Justicia, verdad y reparación.

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